martes, 9 de noviembre de 2010

¡Que pesada!

Pesando a Irene (I)
Irene duerme mientras su madre la coloca en la báscula - Córdoba 2010






Desde que nació Irene, todos los martes de cada semana cumplimos metodicamente una rutina. Consiste en, por la tarde, tras darle de comer y cambiarle el pañal, llevarla a la farmacia de la esquina para proceder a pesarla.
Es una rutina simpática y agradable. Irene, muy coqueta ella, sabe que tiene un peso excelente y va con todo su buen humor camino de la báscula. Así que siempre son sonrisas y miradas graciosas cuando intuye hacía donde nos dirigimos.

Por lo que nos comentó la pediatra, lo normal en un bebe de esta edad, es engordar alrededor de un kilo al mes. En eso, Irene está siendo muy concienzuda y nuestra espalda lo está notando.

A su madre y a mi, nos divierte jugar a adivinar cuanto habrá engordado cada semana; por lo que el mismo día, unos minutos antes de llevarla a pesar, cada uno dice sus predicciones y acierta, cual Precio Justo, el que más se acerca al peso real.


Pesando a Irene (II)
Irene sigue durmiendo en la báscula mientras su madre retira el ticket con el peso - Córdoba 2010




Alguna semana en la que nos hemos retrasado en la hora habitual del peso, Irene a decidido no perder el tiempo en fútiles esperas y ha echado un sueñecito; y por lo que se ve, la báscula tiene que estar muy bien diseñada anatómicamente, porque ella parece estar igual de a gusto que en su cuna. ¡No tiene pinta de que su peso le vaya a quitar el sueño! ¿verdad?.

¡Ah, se me olvidaba! Esta semana, el ganador del Peso Justo he sido yo. Con mi predicción de seis kilos y doscientos veinte gramos, me he quedado a tan solo sesenta gramos por debajo del peso real.
¡Que pena que para una vez que acierto algo, no tenga premio!



PD: Por si entre los lectores del blog se encuentra algún pediatra (o por si mi madre/suegra leen esta entrada) no os asustéis; estas fotografías no corresponden al peso de esta semana, sino al de hace un mes, cuando Irene tenia un kilo menos. 
Ains... ¡Es que crece tan rápido!

NOTA PARA MI SUEGRA: Estooo.....suegra......si ha visto la foto de agosto en la que su hija sale un poco.....sin ropa de cintura para arriba...ejeeem.......que no es nada malo....es muy artístico, yyyyyyy........¿puedo seguir yendo los domingos a comer con ustedes?




martes, 2 de noviembre de 2010

Con pijama y a lo loco.

Hutong,bicicleta y pijama II
Mujer pedaleando en pijama - (Hutong en el distrito Doncheng) Beijing 2008






¿Como se llama este blog, recluta?
¡Señor, Todos los gatos dicen Mao, señor!
¿Como dice que se llama, recluta?
¡Señor, Todos los gatos dicen Mao, señor!
¿Y porqué tiene ese jodido nombre?
¿Porque habla de China, señor?
¿Me lo afirma o me lo pregunta, recluta?
¡Señor, se lo afirmo, señor!
¡Pues entonces a que espera para hablar de China!



Aun recuerdo como lo cogí por el cogote y le dije "¡Tu te vienes conmigo para tu casa, a ver que dice tu madre de esto!". Lo había pillado robándole canicas a mi hermano, a escondidas, mientras este había salido de nuestro cuarto. Si mal no recuerdo, aquel niño se llamaba Ivan y yo le tenía muchas ganas.
Así que ni corto ni perezoso, cumplí mi amenaza y nos fuimos para su edificio, que estaba al lado contrario de la casa de mis padres. Cuando salimos de mi calle, enfilamos por la avenida que llevaba hasta su portal, y aunque ya ahí me di cuenta que la gente me miraba curiosa, yo di por hecho que se trataba de admiración al ver al nuevo héroe del barrio pararle los pies a ese sinvergüenza.
No fue hasta que entregue al pequeño chorizo a su madre, explicándole sus fechorías, cuando me di cuenta que la gente no me miraba con admiración, sino con curiosidad, al ver a un niño en pijama andando por la calle.
Ese día entendí que los tiempos habían cambiado. Que aquello ya no era un barrio cualquiera, sino un barrio del centro de la ciudad y que aquella no era una ciudad provinciana cualquiera, sino una en la que la gente iba vestida para la ocasión.....y esa, ya no era una ocasión para ir en pijama.
Nunca más volví a ver a nadie pasear por aquellas calles en pijama (Bueno, menos a "la Nati". A la que, aun hoy en día, se la ve dando paseos de un portal a otro, con sus eternos rulos y su bata de guatiné).


China, a veces, me ha hecho sentir reflejado en un espejo donde ver nuestro pasado reciente. Muchas de las actitudes y formas de vida que podemos observarles, son muy similares a las que nosotros, los españolitos, desterramos hace muy pocas décadas. Una de ellas, la de salir a la calle en pijama.
El gobierno chino, a medida que su país se va globalizando, intenta eliminar parte de estas practicas que no considera del todo decorosas para el siglo en el que estamos.
Algunas si pueden resultar molestas para un occidental, como la costumbre de escupir por la calle de forma estruendosa, o la falta absoluta de respeto por las colas en fila. Pero otras son parte del encanto que se le atribuye a ese país, como la inocencia de salir a la calle en pijama para, por ejemplo, montar en bicicleta, ir a comprar al super ó a recoger los niños al colegio.


Si tuviera tiempo y dinero........Mejor dicho, si tuviera dinero, me encantaría poder documentar todas esas costumbres que ya se están empezando a perder en el país asiático y que tan magistralmente supieron captar, antes de que desaparecieran en nuestro país, gente como Ramon Masats, Carlos Perez Siquier, Oriol Maspons, Xavier Miserachs, Fachico Rojas Fariña y toda esa cohorte de magníficos fotógrafos españoles que surgieron a mediados del siglo pasado.

Quien sabe, lo mismo me lo pienso y busco una forma de financiación para poder hacer realidad ese proyecto. Se admiten ideas, sugerencias y por supuesto, financiación.




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