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Bañistas en las piscinas naturales de las Salinas con la Cola del dragón de fondo - Agaete (Gran Canaria) 2007 |
Estoy prácticamente seguro que fue en esas largas y tediosas clases de Sociales de la EGB, cuando decidí hacerme fotógrafo.
Todavía recuerdo con total nitidez una fotografía del libro de esa asignatura, en la que se mostraba una vista aérea de Manhattan, y que yo usaba a modo de evasión cuando la clase se me hacía demasiado pesada. Me dedicaba entonces a pasear de manera imaginaria por las grandes avenidas que se veían en la imagen, e incluso cuando ya estaba todo recorrido me aventuraba a imaginarme como sería todo lo que la foto no me mostraba. Ahí, en esos momentos, fue cuando decidí que en algún futuro no muy lejano, aquellas fotos que me servían para escaparme cuando no tenia ganas de estar a este lado del espejo, las haría yo.
No sabría decir que tal ando con el resto de mis promesas, pero lo que si puedo asegurar es que aquella que me hice durante mis estudios de EGB, la cumplí a rajatabla.
Todo esto viene al caso porque hoy es primero de agosto y en vista de que la temperatura de Córdoba, aunque más suave que otros años, sigue sin dar tregua ni permitir salir a pasear a unas horas decentes, he decidido volver a utilizar la gran evasión.
Normalmente suelo tener distintos destinos para imaginarme en ellos cuando no tengo ganas de estar aquí, y esos destinos van cambiando por temporadas. Ahora mismo, donde mi mente me lleva es a Gran Canaria y especialmente a Agaete.
La suerte que tengo como fotógrafo, es que si ya he estado allí, lo único que tengo que hacer es buscar en mi archivo fotográfico una imagen, o varias, que me recuerden las cosas por las que ese sitio me resulta especial. Puedo visitarlo una y otra vez y me sale totalmente gratis y lo mejor...¡nunca está abarrotado de gente aunque sea agosto!
La fotografía de más arriba tiene varios de los ingrediente que hacen que el Puerto de la Nieves, en Agaete, me parezca un lugar especial. Los plácidos atardeceres, el agua calma y salada de las piscinas naturales, la tranquilidad de la gente y la omnipresente Cola del dragón recortada contra un cielo anaranjado, me transporta de manera que casi puedo probar el sabor a salitre del mar cuando las olas chocan contra las rocas volcánicas.
Creo que este puede ser un largo y tedioso verano, pero yo ya tengo mis fotos preparadas para hacerle frente. Solo me queda verlas mientras en mi mente tarareo esa musiquilla que sonaba en la Gran Evasión.
PD: Que casualidad, pero me acabo de dar cuenta de una curiosidad que no ha sido premeditada. A mi me gusta mucho el cine clásico (ya sabéis, Jackie Chan y otros grandes maestros del séptimo arte) y entre ellas, la película que da nombre a esta entrada es una de mis favoritas. Pues bien, si recordáis la escena en la que Steve McQueen salta una alambrada con su moto mientras escapa de los alemanes...¿no le veis cierto parecido con la fotografía que acompaña a esta entrada? Que razón tiene Tino Soriano cuando dice que uno de los grandes secretos de un fotógrafo son sus referentes.